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La necedad de los lápices

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La necedad de los lápices La relación con la profesora Lucía siempre fue muy tensa. Es más, durante el primer día no hizo más que comportarse de forma misteriosa. Por momentos soltaba una sonrisa demasiado contagiosa, cubierta de una timidez seductora, y durante el resto del tiempo permanecía hermética, una mujer muy calculadora ante cualquier intento de acercamiento.  A ella le quedó asignada la función para que yo aprendiera a ser un excelente profesor de literatura de aquel instituto, pero como no demostré ninguna aptitud hacia la materia, decidió dejarme en el área de informáticas. Y claro, aunque le insistí mediante algunas súplicas, la coordinadora consiguió acomodarme los horarios. Nos encontrábamos en el aula más pequeña de aquel claustro, muy cercano al patio de los caracoles, desde donde se observaba la llegada de algún intruso que pudiera estropear nuestro momento. Comenzó expresando mucha prevención hacia la entrada, mientras conseguía arra

Las verdadera esencia de la historia

Ser o No Ser Abeja

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Ser o no ser abeja . Capítulo I   No sé si alguien alguna vez habrá recibido la visita de una mariposa o de algún insecto antes de una sorpresa. De algún encuentro quizás con alguien, o de algún revoloteo, previo a una llamada inesperada. Pues si no te has percatado de ese suceso, creo que esta historia increíble te puede interesar. Pero sobre todo te va a mantener expectante del poder que poseen estos insectos para atraer tu interés. Obviamente, que primero debes empezar a despertar la sensibilidad de tu energía exterior. Cuenta un hombre cómo conseguía atraer a sus desconocidas amantes a través de una diminuta abeja. La última vez que este hombre habló con una de sus clientes le dijo que minutos antes que entrara una llamada a su celular, primero tendría que mirar a este animalito revoloteando por su casa. Y así sucedió, tal como se lo había descrito aquel hombre. Miró revoloteando al inofensivo bicho en su ento

Como construir la letra de una canción (Primera publicidad de una saga)

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Hoy después de un  tiempo vuelvo a retomar el vicio de descubrir las letras en un borrador. Es una manera de sentir que se estira el color para solapar los problemas de la cotidianidad. Es invertir el revés de las cosas para mirarle su lado bueno. Es recorrer el mundo e hilar la cometa para trasladar tu mensaje hasta otra orilla, en donde alguien puede tirar del hilo al otro lado. Es quizás esa fantasía de poder transformar la vida en una fantasía, a la que a diario le quitas el sobrante y le agregas lo que le hace falta, para transformarla en algo que tiene tu propio valor. Hay esencias en tu ser, que por mucho que camines, siempre te perseguirán a donde vayas. A mi me ha perseguido el interés de escribir, y lo curioso, es que aun no tengo un libro para transformar en un barco, al que tendré las ganas de ver. Y si flota, estaré agradecido con el universo de que el sueño puede navegar. El borrador que siempre he guardado en un rincón, se aplaza una y otra vez para otro momento.

Letras en el borrador

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Hoy después de un  tiempo vuelvo a retomar el vicio de descubrir las letras en un borrador. Es una manera de sentir que se estira el color para solapar los problemas de la cotidianidad. Es invertir el revés de las cosas para mirarle su lado bueno. Es recorrer el mundo e hilar la cometa para trasladar tu mensaje hasta otra orilla, en donde alguien puede tirar del hilo al otro lado. Es quizás esa fantasía de poder transformar la vida en una fantasía, a la que a diario le quitas el sobrante y le agregas lo que le hace falta, para transformarla en algo que tiene tu propio valor. Hay esencias en tu ser, que por mucho que camines, siempre te perseguirán a donde vayas. A mi me ha perseguido el interés de escribir, y lo curioso, es que aun no tengo un libro para transformar en un barco, al que tendré las ganas de ver. Y si flota, estaré agradecido con el universo de que mi punto sabe navegar. El borrador que siempre he guardado en un rincón, se aplaza siempre para otro momento. Pero desd

Helena y la guerra (Capitulo dos)

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Al servicio del comando Marlon En el capitulo anterior había revelado el alias, su jerarquía dentro de la organización y sus ganas de contar toda la verdad. Ya sabrán que todo culpable desea deshacerse de su karmas y de sus fantasmas. Debo precisar que mi tarea será la de construir una historia, mi propia biografía, más no llegar hasta las autoridades a reclamar justicia ni a delatar a los que me metieron en esta estúpida guerra.

Helena y la guerra (Capitulo uno)

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Tomado del relato de un desmovilizado                                                                                                         Voy a dejar el nombre grabado en la mente de todos los lectores para que no corran el riesgo de confundirse. Su nombre es Jorge Carlos Matallana, pero aquí como en cualquier otra tierra, el hombre dijo que se necesitaba un escudo para defenderse hasta de las malas energías.